Hoy 20 de noviembre celebramos el Día Mundial de la Infancia

La crisis del Covid-19 ha supuesto cambios drásticos para la sociedad y, centrándonos en la infancia, y con diferencia entre países, de forma general han cambiado los modos de socialización, de educación, de contacto con otros niños y niñas, y una invisibilidad de sus necesidades.

Las medidas sanitarias han afectado también a los y las menores, colectivo vulnerable por encontrarse en una situación de desarrollo cognitivo y social, y debemos reflexionar si a nivel político se han tenido en consideración las particularidades de la infancia.

Las ratios en centros educativos, la atención a menores con necesidades educativas especiales, docentes y personal de apoyo suficiente, los recursos sociales y económicos para afrontar nuevos métodos de enseñanza a distancia, políticas de conciliación y concienciación sobre la corresponsabilidad en los hogares, o incluso, la falta de atención suficiente ante la violencia vicaria o abuso, son temas que no han tenido suficiente atención ni antes, ni durante la pandemia mundial.

Ahora, en pleno marco de reestructuración normativa en educación, también como profesionales del Trabajo Social, hemos de estar pendientes para asegurar la cobertura suficiente de los y las menores en un marco que garantice las mejores condiciones. Nuestro perfil en el ámbito educativo se hace más que necesario por ser profesionales de la intervención social y servir de apoyo a toda la comunidad educativa en esta difícil situación.