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Consejo

La dimensión social, imprescindible en las políticas frente al Covid-19

lunes 21 de septiembre de 2020

>> El CGTS pide al Gobierno mejorar la coordinación sociosanitaria, la consideración de esencial de los Servicios Sociales y el reconocimiento del Trabajo Social Sanitario como pieza fundamental en esta pandemia.

>> El Consejo ha enviado enmiendas para mejorar el proyecto de ley de medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el coronavirus.

Desde el Consejo General del Trabajo Social (CGTS) se ha valorado el texto del Proyecto de Ley de medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el Covid-19 y se han enviado enmiendas para mejorar dicho articulado. Entre las más destacables está la mirada a lo social que desde el CGTS consideramos que no está suficientemente plasmada como para obtener una foto integral de la situación y hacer que las medidas funcionen. Consideramos que todas las medidas sanitarias deben promover el interés individual, familiar y social; que se deben introducir como agente consultivo, no solo la estructura sanitaria, si no también Servicios Sociales y Dependencia, como vitales para paliar los efectos de este virus; o que la coordinación sociosanitaria es una necesidad manifiesta que debe garantizar la prestación integrada de servicios sociales y sanitarios.

Especial consideración tiene de las y los profesionales del Trabajo Social Sanitario. Además de insistir en que esa mirada a los social debe estar también en la contención -pidiendo que el perfil de trabajadoras/es sociales esté en el equipo de rastreadores y rastreadoras, desde el Consejo pedimos que finalmente se reconozca al Trabajo Social como profesión sanitaria dentro de la Ordenación de las Profesiones Sanitarias. Los y las profesionales del Trabajo Social Sanitario son un elemento excepcionalmente útil ya que son los responsables de realizar un análisis en cada caso social sanitario, proponer programas, recursos, alternativas para orientar la solución de las dificultades sobrevenidas o incrementadas, a raíz de la enfermedad.

Además, en cuanto a residencias de mayores, el CGTS pide que la ley contemple un refuerzo de la respuesta rápida con diagnóstico y aislamiento antes de las 24h, reforzar los sistemas de prevención de riesgos y psicosociales, o testar el funcionamiento permanentemente del centro antes de que llegue la inspección pública. Una vez más, como ya lo pidió anteriormente el Consejo, se debe mantener de forma permanente una conexión sociosanitaria entre la residencia y el centro de salud, así como tener un profesional de referencia interno. Al igual que estos, otros tipos de centros residenciales, de personas con discapacidad, de personas mayores y de los centros de emergencia, acogida y pisos tutelados para víctimas de violencia de género y otras formas de violencia, deberán tener un responsable que vele por que su normal actividad se desarrolle en condiciones que permitan en todo momento prevenir los riesgos de contagio.

Tal y como se hizo en el estado de alarma, el Gobierno y las comunidades autónomas deben reconocer el carácter esencial de los Servicios Sociales y así hacer posible que se garanticen sus funciones y su atención a la ciudadanía en las mejores condiciones tanto para profesionales como para usuarios/as para que no se vean vulnerados los derechos de la ciudadanía con motivo de cierres automáticos de los servicios, garantizando en todo caso su accesibilidad.

Reforzar el Cuarto Pilar del Estado de Bienestar

Sin duda, una de las debilidades de estos cuatro pilares y de la sociedad en general es haber constatado el avance de una crisis social acumulada. Ningún sistema de protección, ni el sanitario ni el social, podría haber imaginado un escenario como el que hemos vivido. El impacto de lo acontecido nos obliga inexcusable a una reflexión profunda. Por eso, desde el CGTS consideramos, en este momento, las administraciones deben activar todo su potencial en lo que refiere al ámbito social, este es también el momento de poner en marcha y de fortalecer nuevos mecanismos de coordinación y colaboración entre las diferentes administraciones: estatal, autonómica, provincial y local, como entre todos los colectivos del tercer sector, poniendo en valor el potencial de la unidad de acción.

Las consecuencias clínicas de coronavirus son evidentes, así como las repercusiones psicosociales en las personas y en las comunidades. Los determinantes de la salud han causado un gran efecto en la propagación de la salud siendo necesario incorporar el paradigma de intervención de “lo social” para atenuar los efectos, mejorar la capacidad de adaptación de la comunidad a esta nueva situación mejorando también, la respuesta del sistema sanitario.

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