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Consejo

El Consejo General participa en el ciclo de seminarios ECOVIO

jueves 17 de junio de 2021

Emiliana Vicente, Presidenta del Consejo General del Trabajo Social, ha inaugurado la jornada del 17 de junio, englobada dentro del ciclo de seminarios ECOVIO ‘‘Violencia económica: un aspecto inexplorado de la violencia de género’.

La intervención de Emiliana ha comenzado con unas sinceras condolencias hacia Beatriz, la madre de las niñas asesinadas por su padre en Tenerife, así como un mensaje contundente de rechazo a cualquier tipo de violencia machista: “El machismo mata, empobrece y atonta”, ha asegurado mencionando las palabras de Amelia Valcárcel.

La violencia económica es una forma de control y manipulación del abusador hacia la víctima (mujer) limitando y condicionando su libertad en el acceso a los recursos necesarios para la vida diaria, convirtiendo a esta persona en alguien dependiente del abusador. Según la «Macroencuesta de la violencia contra la mujer» realizada en 2015 por el Ministerio de Sanidad, alrededor del 7% de las mujeres en España han sufrido los impedimentos por parte de sus parejas o ex-parejas para la gestión económica del hogar. Además, recientemente, una sentencia del Tribunal Supremo ha señalado el impago de pensiones alimenticias como una forma de violencia económica, aunque no sólo se ejerce esa violencia en el impago de pensiones, sino también en capacidad de decidir y administrarse económicamente mermando considerablemente la libertad de las mujeres en esta situación.

Por otro lado, según un estudio publicado por el Consejo General del Poder Judicial en septiembre de 2016 y realizado por la Universidad de Zaragoza, unas 1.348 sentencias dictadas entre 2010 y 2012, relativas al ejercicio de derechos de conciliación de la vida laboral y familiar, concluye que, en España conciliar sigue siendo cosa de mujeres ya que sólo un 5,4% trataban sobre permisos de paternidad.

El Trabajo Social tiene que poner en valor su compromiso en aplicar el principio de igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres, de modo que denuncie los escenarios de violencia existentes. La profesión del Trabajo Social tiene mucho que ofrecer en aras de construir una sociedad igualitaria.

Intervenir implica transformar y de ahí la necesidad de incorporar el enfoque de género en el marco también de la intervención social, que exige analizar y comprender el sistema sexo-género.

El trabajo social interviene en tres niveles: nivel de intervención preventiva, nivel de intervención en riesgo, nivel de intervención en crisis. Por tanto, es necesario salir de la visión individualizada y entender que la relación de conflictividad, dominio/sumisión, maltrato de pareja-familiar, es derivada de la desigualdad social.

Cuando el dinero se usa como instrumento de control machista, nos encontramos ante una forma más de violencia de género que, este caso, consiste en controlar el acceso de las mujeres a los recursos económicos, disminuyendo su capacidad para mantenerse a sí mismas y a sus hijos, dependiendo del abusador y socavando sus posibilidades para salir del escenario generado por el maltratador.

Algunos modos de ejercerla son:

  • Impago de pensiones de alimentos.
  • Retraso en el pago de las pensiones control sobre el gasto.
  • Uso de las tarjetas de la mujer.
  • Petición de préstamos a nombre de la mujer sin su consentimiento.
  • Oponerse a que la mujer trabaje fuera de casa.
  • Control de las cuentas.
  • Explotación económica, como la ejercida cuando la mujer gana dinero pero no puede disponer del mismo.

La violencia económica contra las mujeres está reconocida en el Pacto de Estado Contra las Violencias Machistas y en el Convenio de Estambul, pero no tiene reflejo en la legislación actual. El impago de pensiones de alimentos es la manifestación más clara de violencia económica regulada y penada en el art 227 del código Penal.

Este tipo de violencia machista es difícil de identificar porque es invisible y sutil. No es tan evidente como la violencia física, sino que se muestra a través de la falta de libertad que el agresor ejerce sobre la víctima en la realización de gastos necesarios para cubrir sus necesidades. Su función es generar dependencia del abusador y está destinada a coaccionar la autonomía de la víctima.

ECOVIO es un proyecto español de investigación sobre la violencia económica de género, financiado por la Comisión Europea y coordinado por la Universidad de Extremadura, junto a entidades italianas y españolas, como la Universidad de Valencia.

El objetivo de este proyecto es contextualizar y dimensionar la violencia económica que se produce como resultado de la violencia machista, y buscar soluciones y respuestas a la misma. Asimismo, se pretende visibilizar esta forma de violencia, hasta hora menos investigada, pero con una alta repercusión en la sociedad.

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