La participación comunitaria, condición necesaria para la preparación, respuesta y recuperación ante emergencias en el ámbito de la salud pública mundial
Durante la última Asamblea de Delegados de la FITS Mundial se invitó a representantes de las organizaciones miembros a formar parte de un grupo de debate sobre la participación entre las comunidades/poblaciones y las autoridades sanitarias.
Dicho grupo de debate, en el que participó Raquel Millán, secretaria general del Consejo General, que se celebró el 10 de junio con representantes de la FITS, con trabajadores sociales sanitarios de diferentes países y algunos miembros del personal de la Organización Mundial de la Salud, se compartieron experiencias de participación comunitaria en el Sistema de Salud desde el trabajo social.
Los resultado de ese grupo de trabajo y las experiencias compartidas se recogen en el informe que recientemente ha publicado la OMS bajo el título “Relacionalidad en la participación comunitaria: su papel en la humanización de la salud y el logro de servicios de salud integrados de calidad”. El documento recoge la participación de los miembros del grupo de debate de la FITS y el enfoque desde el trabajo social sanitario en el desarrollo comunitario.
El documento pretende:
Tras la pandemia de COVID-19, la participación comunitaria ha resurgido como una condición necesaria para la preparación, respuesta y recuperación ante emergencias en el ámbito de la salud pública mundial. Sin embargo, existe ambigüedad y falta de consenso sobre las definiciones y el alcance, y lagunas significativas en la evidencia sobre cómo lograr con éxito la participación comunitaria.
En los enfoques tradicionales de participación comunitaria, la “comunidad” suele considerarse como una ubicación geográfica o un grupo de personas con experiencia vivida en relación con un problema, mientras que el proceso de participación se define como un intercambio de información. Sin embargo, los avances en el conocimiento científico sugieren que el concepto de “comunidad” debería ampliarse para abarcar toda la gama de conexiones sociales, desde el apego en la primera infancia hasta las interacciones sociales continuas durante la adolescencia y la edad adulta. Esta perspectiva más amplia reconoce que las personas son inherentemente parte de múltiples comunidades interconectadas a lo largo de sus vidas, cada una de las cuales influye en sus identidades, emociones, decisiones, comportamientos y salud. La comunidad de trabajadores de la salud y la atención también es parte de este contexto más amplio.
Este renovado enfoque en la participación comunitaria es fundamental para un enfoque de atención primaria de salud (APS) y se alinea con la Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud, que exige que los sistemas de salud aborden las necesidades totales de las personas. La “participación comunitaria relacional” hace hincapié en mejorar las relaciones entre los trabajadores de la salud y los cuidadores, y entre ellos y las personas a las que atienden. Se recomienda a los gobiernos que:
- Promover el liderazgo relacional, la gestión y la gobernanza.
- Invertir en modelos de liderazgo transformador y adaptativo para impulsar el aprendizaje de todo el sistema.
- Desarrollar el compromiso político para adoptar un enfoque centrado en las relaciones para la participación comunitaria como una forma inherente de trabajar en los sistemas de salud y en todos los sectores.
- Involucrar al personal sanitario y asistencial y a la administración pública de todos los sectores para desarrollar una visión renovada de los valores y las formas de trabajo del sector público.
- Fortalecer las capacidades de construcción de relaciones en los sistemas de salud.
- Fortalecer la comunicación y la colaboración en los sistemas de salud, estableciendo puntos de referencia de competencia relacional e invertir en las capacidades locales de las comunidades para abordar los desequilibrios de poder.
- Desarrollar habilidades participativas en equipos multidisciplinarios y en la práctica interprofesional.
- Integrar datos sociales y contextuales en el diseño y la prestación de servicios de salud.3. Invertir en investigación transdisciplinaria y desarrollo de prácticas
- Financiar la investigación utilizando el Marco de Cambio Integrado (ICF) para fomentar la colaboración entre las ciencias, la tecnología y las artes.
Para una participación comunitaria eficaz, desde el trabajo social se recomienda:
- Un enfoque genuino para la co-construcción de alianzas.
- Habilidades dentro de la autoridad sanitaria para reconocer y trabajar con los líderes comunitarios, y una comprensión de los recursos que las comunidades pueden aportar a los resultados de salud.
- Reconocimiento de que las comunidades están formadas por poblaciones diversas, lo que puede requerir un enfoque único dentro de un enfoque de participación comunitaria más amplio.
- Las personas deben ser vistas de manera holística en lugar de como portadoras de enfermedades.
- Acuerdo para co-diseñar, co-producir, co-aprender y co-evaluar.
- Reconocimiento de que las comunidades son tanto geográficas como temáticas.
- La participación es un proceso continuo que requiere tiempo, compromiso y recursos de todas las partes.
- El estado debe ser responsable de la provisión de recursos financieros.
Comentarios
Aún no hay comentarios

