El Colegio Oficial de Trabajo Social de Galicia y el Consejo General del Trabajo Social condenan el asesinato de una trabajadora del Servicio de Ayuda a Domicilio en O Porriño (Pontevedra).
El Colegio Oficial de Trabajo Social de Galicia (COTSG) y el Consejo General del Trabajo Social (CGTS), condenan con firmeza el asesinato de una trabajadora del Servicio de Ayuda a domicilio, y manifiestan su consternación y repulsa ante lo ocurrido el pasado 29 de julio en el municipio pontevedrés de O Porriño.
Este trágico suceso, en el que una profesional del ámbito de los cuidados ha perdido la vida en el ejercicio de su labor, nos duele y nos golpea como profesión y cómo personas. Es un hecho inaceptable que debe situar en la agenda pública la urgente necesidad de garantizar la seguridad y la dignidad de todas las personas que trabajan en el sector de los cuidados, especialmente en el marco del sistema público de atención a la dependencia.
Las trabajadoras del Servizo de Axuda no fogar (SAF), en su mayoría mujeres, desempeñan un rol clave en el sostenimiento de la vida cotidiana de muchas personas mayores, dependientes o infancia en situación de vulnerabilidad. Lo hacen, además, en ocasiones, en condiciones laborales marcadas por la externalización de servicios y la falta de recursos y/o medios suficientes. Esta combinación de factores incrementa su exposición a situaciones de riesgo, muchas veces invisibilizadas y sin una respuesta institucional adecuada.
Consideramos que las auxiliares de ayuda a domicilio y otras profesionales del ámbito social están entre las profesiones más vulnerables del sistema de cuidados, al realizar su trabajo en soledad, con escasos o deficientes protocolos de prevención de riesgos y con una desprotección social alarmante.
Lamentablemente, en los últimos meses se han conocido casos de agresiones a otras profesionales del ámbito social, por lo que este crimen ni puede ni debe leerse como un hecho aislado. Es consecuencia del abandono estructural al que se somete el cuidado profesional, especialmente en el contexto de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia, cuya financiación resulta insuficiente y su gestión fragmentada y externalizada están deteriorando las condiciones de atención y de trabajo.
El asesinato de esta compañera vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de establecer medidas de prevención y protección eficaces para las profesionales del Sistema Público de Servicios Sociales.
Desde el Consejo General del Trabajo Social, junto al Colegio Oficial de Trabajo Social de Galicia, instamos a:
Revisar, reforzar e implementar los protocolos de prevención de riesgos y seguridad en el ámbito sociosanitario, incluyendo la coordinación con los servicios sociales y de salud.
Garantizar condiciones laborales dignas y estables para las trabajadoras del sector, incluyendo formación continua, la supervisión profesional y la integración en equipos de intervención multidisciplinar.
Dotar adecuadamente el Sistema de Atención a la Dependencia con recursos humanos, técnicos, materiales y económicos suficientes que permitan cumplir con los principios de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a la Dependencia.
Hoy nos unimos al dolor de la familia de esta trabajadora asesinada, a sus amistades y a sus compañeras. Expresamos todo nuestro apoyo al equipo profesional de los servicios sociales de O Porriño y, en especial, a las trabajadoras del Servizo de Axuda no fogar (SAF), cuya labor sostenida y comprometida es imprescindible para el cuidado de las personas.
No debemos permitir que quienes sostienen los cuidados de nuestras personas mayores, dependientes o infancia en situación de vulnerabilidad, lo hagan poniendo en riesgo sus propias vidas.
Las trabajadoras y los trabajadores sociales exigimos a las autoridades competentes que actúen con urgencia, rigor y compromiso. La prevención no puede seguir cayendo en saco roto, la protección a las trabajadoras no puede ser una promesa vacía, la constante externalización de los servicios públicos no puede estar poniendo en riesgo la vida de las personas cuidadoras. Pongamos la vida, los cuidados y la seguridad en el centro de las políticas públicas, cuestiones que exigimos a las Administraciones competentes, en este caso, a las Comunidades Autónomas y a los Ayuntamientos.
Que el recuerdo y la memoria de esta compañera nos una y nos movilice.
¡Ni una más!
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