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Consejo

Por una coordinación sociosanitaria de excelencia

Ni el espacio sociosanitario es nuevo ni debería entrar en disputa de profesionales ajenos a los que, hasta ahora, vienen dedicándose al mismo, como lo ponen de manifiesto desde las organizaciones de Trabajo Social y Salud.

Articulo de opinión de Daniel Gil Martorell, vicepresidente Consejo General del Trabajo Social y Agustina Hervás, presidenta Asociación Española de Trabajo Social y Salud

Los y las trabajadoras sociales sanitarias venimos trabajando desde los orígenes de nuestra profesión en ese espacio de intersección entre el paciente y la sociedad, que permite que los procesos de salud-enfermedad adquieran un carácter integral y eviten la exclusión social o alteraciones en la calidad de vida que pueden provocar la pérdida de salud en una persona y/o su familia. Es en este espacio de intersección en el que los trabajadores sociales desarrollan gran parte de su labor y en el que se construye de manera ineludible la coordinación sociosanitaria. Esta se entiende como un espacio de encuentro y diálogo entre disciplinas e instituciones, entre el mundo de lo social y el mundo de la salud. En este sentido la coordinación sociosanitaria o es multiprofesional y bisopsicosocial o no es coordinación sociosanitaria.

Es importante destacar el peligro que supone, a la hora de crear un espacio de encuentro y trabajo conjunto como es éste, que uno de los discursos se convierta en dominante. Si el sistema de servicios sociales y los trabajadores sociales sanitarios que trabajan en el ámbito de la salud no se encuentran en una relación de igualdad en el discurso y capacidad de acción con el resto de profesionales sanitarios, el espacio de encuentro nace viciado en origen y con pocas perspectivas de éxito. El mayor desarrollo y carga presupuestaria de los sistemas de Atención Sanitaria frente a los sistemas de Servicios Sociales hace que esta dualidad pueda quebrarse al asumir todo el espacio el elemento más fuerte. Igualmente la dificultad del sistema sanitario para asumir la multidisciplinariedad de los equipos de atención, integrando profesionales de campos ajenos al sanitario disciplinarmente, puede generar una dificultad añadida.

No debemos olvidar en este planteamiento que los trabajadores sociales son el profesional de referencia y la puerta de entrada al Sistema de Servicios Sociales, tal y como reconoce el Catálogo de Servicios Sociales recientemente aprobado por el Gobierno de España. Y tampoco debemos de olvidar que el sistema de Salud cuenta entre sus profesionales, y formando parte de los equipos multidisciplinares, con los Trabajadores Sociales Sanitarios, que son el nexo de unión entre ambos sistemas.

No creemos que haya una profesión más territorializada y más cercana al espacio cotidiano de los ciudadanos que el trabajo social. El carácter municipal del Sistema de Servicios Sociales es un elemento clave en este sentido. Es un factor añadido de gran importancia para las tesis que exponemos, el hecho de que los trabajadores sociales sanitarios también son profesionales con presencia estable y consolidada en el sistema sanitario, que considera el trabajo social como una prestación básica de la atención primaria de salud. Esta doble ubicación de nuestra profesión la convierte en el cauce natural para una coordinación sociosanitaria de calidad e integral.

Muchas son las dificultades, pero la realidad es tozuda y los profesionales que trabajan en el día a día atendiendo a los pacientes saben de la importancia de estos elementos que mencionamos. Los trabajadores sociales sanitarios son el enlace real entre los equipos sanitarios y los equipos sociales que atienden a los pacientes susceptibles de una intervención coordinada entre los dos sistemas. Como únicos profesionales, como ya hemos dicho, presentes de manera consolidada en ambos escenarios (sanitario y social), los trabajadores sociales se convierte en el cauce natural de dialogo y coordinación.

Los modelos de gestión de casos, ampliamente desarrollados desde el trabajo social en España y fuera de nuestras fronteras, han sido un elemento fundamental a la hora de llevar a la realidad la tan deseada atención sociosanitaria. Las mesas de atención a menores en riesgo social, las mesas de coordinación sociosanitaria municipales, las comisiones de rehabilitación en la atención a la enfermedad mental grave y crónica, la atención al anciano frágil, las mesas de atención en salud a víctimas de violencia de género, o a personas sin hogar, entre otras, son lugares reales de coordinación sociosanitaria que han impulsado y ayudado a construir los trabajadores sociales.

No es por tanto el espacio sociosanitario algo nuevo, no es un espacio a construir en el que las distintas profesiones, centros de trabajo o instituciones tengan que entrar a competir, formando y adiestrando con premura a sus trabajadores, para ver quien se lleva la mejor parte en tiempos de crisis y trabajo escaso. Es un espacio ya construido con el conocimiento y el esfuerzo de muchos, pero con poco respaldo institucional y normativo, con grandes dificultades para desarrollarlo de manera estable por motivos burocráticos, de gestión y laborales. Estas dificultades son las que debe afrontar la estrategia nacional de coordinación sociosanitaria que plantea el gobierno.

Debemos, ante todo en tiempos como los que estamos viviendo, optimizar los esfuerzos, generar sinergias, rentabilizar lo que se está haciendo, "vender" nuestro producto, un producto construido por los profesionales de los equipos multidisciplinares de salud, que creen en un modelo comunitario, coordinado, integrado y biopsicosocial de atención a los procesos de salud -enfermedad, de prevención y de promoción de la salud.

Desde este lugar de encuentro se construye una verdadera estrategia de coordinación sociosanitaria, en la que no debemos olvidar a los pacientes y sus familias y donde el movimiento asociativo juega un papel crucial. Las familias, los grupos de autoayuda, las asociaciones de pacientes y familiares, las organizaciones comunitarias en definitiva, forman parte del trabajo social comunitario en el ámbito de la salud, en el que los trabajadores sociales desarrollamos nuestra actividad profesional.

El trabajo social sanitario busca, ante todo, que los pacientes y sus familias accedan a una ciudadanía plena, que consigan una calidad de vida adecuada a su situación de salud y en su entorno cotidiano facilitando las sinergias en la atención y proporcionando una continuidad asistencial entre los distintos sistemas de protección. Ahora más que nunca, por la evolución demográfica y de los tratamientos médicos, la necesidad de atención sociosanitaria se hace más manifiesta, por ello el trabajo social sanitario debe jugar un papel clave.

En este sentido la Organización Colegial, coordinada desde el Consejo General del Trabajo Social, junto con la Sociedad científica de Trabajo Social y Salud, venimos colaborando con el conjunto de profesionales e instituciones que construyen este escenario común.

Consejo General del Trabajo Social

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